Ana Coll es mi amiga, y maestra en el Colegio del SOL, perdón, CEIP Virgen del SOL, que los términos deben ser políticamente correctos. A ella le debo, en parte, que la iniciativa del Taller de Cosmética Natural tenga la demanda de este curso. Ha sido, es y será una defensora de mi acción docente, y eso que me sufrió en los años duros del IES Baelo Claudia...
Su clase es un ejemplo de heterogeneidad y diversidad, es decir, lo que sólo maestras con vocación, pasión y buen hacer pueden llevar a buen término. Si se tratase de una obra, Ana Coll hace de peón, albañil, electricista, fontanera, vigilante nocturno, capataz, ingeniera y arquitecta. Consigue lo que sólo personas con talento pueden lograr, el resto lo observamos, pero nunca podremos realizarlo,
El taller fue muy fácil, el alumnado lo hizo el pasado curso, aunque con diferentes productos. Lo primero reconocer las algas, tocándolas, oliéndolas, incluso comiéndolas y bebiendo su extracto natural. Es la forma más directa de reconocerlas, aunque también pusimos diapositivas de su clasificación, especies comunes, hábitats...
El segundo producto fue el tan apreciado DESODORANTE MARINO, con una eliminación completa del aluminio y una apuesta total por bactericidas naturales: salvia y alumbre. Este producto incorpora agua de mar como vehículo para los ingredientes activos y algas para suavizar la piel irritada de la axila.
Para ello el alumnado fue pesando y midiendo cada ingrediente con exactitud y gran habilidad, lo que cimienta la buena producción. Equivocarse en las medidas, como en la cocina, puede arruinar el producto final. Pero este alumnado del siglo XXI tiene unas cualidades estupendas para los dígitos y las consolas, que debemos guiar hacia mejores motivaciones que jugar ante el ordenador o la play.
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