viernes, 1 de abril de 2016

PREMIOS, ALGAS Y DEDICATORIA


Tengo la suerte de estar rodeado de personas inteligentes, de gran capacidad de trabajo y convicción. Además los medios de comunicación y las redes de colegas y simpatizantes amplifican las buenas noticias para difundir el Proyecto de las Algas en Facinas (Tarifa).

Soy hijo de Vicente Vegara (Orihuela) y de Alfonsa Jiménez (Facinas), Lourdes en el bautizo. Hijo mestizo de la España diversa y superviviente de la guerra, de la dictadura y del pelotazo. Y lo digo porque el acto de entrega del Tercer Premio Innovación Educativa 2015 Premios ADO Andalucía emocionó a una extraordinaria mujer de 81 años, que con lágrimas en los ojos decía a mi pareja: ...Hija, tu ponte en mi lugar, que dentro de 40 años sea Mariquilla o Pablo quien se suba a ese escenario...



Desde la zona de galardonados estaba ajeno a este bello y hermoso sentimiento, que conocí cuando al llegar a Tarifa mi hija me dijo: ...abuela Lourdes me pidió un clinex, estaba llorando... Siempre he hablado de la importante labor de mis alumnas, de los investigadores de la Universidad, de las autoridades y entidades colaboradores. Pero nunca hablé de la importancia que mi madre ha tenido en este Proyecto, en mi carácter, en mi vigor y seguridad al tomar decisiones.

Alfonsa Jiménez Iglesias nació en Facinas el 30 de junio de 1935, hija de Ana Iglesias y de Joaquín Jiménez (alias JARANA). La número 13, la hija menor. Nace con mi abuelo Jarana padeciendo una hemiplejia que le provoca la muerte cuando mi madre tiene 9 meses de edad. Luchadora incansable, tanto como habladora, se curte en la compra-venta de productos de Gibraltar que trae saltando controles y registros de la autoridad. Se enamora locamente de mi padre a la edad de 28 años, apuesto galán que llega a Tarifa por rebote, mientras esperaba ser embarcado en Cádiz rumbo a SIDI IFNI para cumplir con 24 meses de mili obligatoria. Mi padre, que no era tonto, al regresar aprovecha la oportunidad y se casa con la que será la mujer que más le quiso en la vida, en la enfermedad y tras su muerte.

De mi madre puedo contar cientos de anécdotas que documentan una generosidad y tolerancia con los demás propias de una extraterrestre. Pero voy a detenerme en un suceso que siempre me ha resultado simpático. Me entregaban la mención Personaje del Año 1996, unos premios organizados por la revista "Tarifa, la Voz de un PUEBLO". Tras varios días sin aparecer por casa llego rápido a ducharme y cambiarme de ropa, casi no llegaba a la entrega. Con mucho tacto me dice: ...hijo me tenías preocupada, ¿de dónde vienes?... Yo temiendo una investigación que ni el Benemérito Cuerpo intento driblar la situación: ...Mamá, es que voy a recoger un premio, me han nombrado Personaje del Año... Rápida, prudente y certera me contestó: ...Personaje el que estás hecho tú...

En honor a la persona que me dio la vida, que me ama como ninguna mujer me ha amado, a la que he hecho sufrir y reír por mis actos,... para y por LOURDES JIMÉNEZ IGLESIAS, mi madre.


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